BIENVENIDOS A ESTA NUEVA AVENTURA.

Mi afición a trastear entre las cacerolas me ha empujado a compartir con vosotros algunas de las recetas que normalmente cocino. Seguro que voy a huir de la forma clásica de contar cómo se elabora un plato, y lo adornaré con alguna historia que otra para que su elaboración sea amena. Serán platos sencillos al alcance de todos, por lo que no habrá excusa. Buen provecho.

lunes, 22 de octubre de 2012

ARROZ CON CARNE Y VERDURAS.



En estas últimas semanas hemos sido testigos, tal vez por el exceso de "inputs" visuales que nos entran -que tan mala es la ausencia de información como su exceso-, de determinadas manifestaciones cuyo origen no me cabe la menor duda es el desastre político que se vive en Europa en general y en España en particular. En estas protestas hemos podido ver (al margen del origen y magnitud de las mismas a los cuales no doy importancia, ya que soy de los que creen a pie juntillas que el derecho a salir a la calle a protestar es inalienable), una trinidad que viene siendo ya como la santísima, inseparable por definición: Por un lado, a modo padre, el foco u origen y la masa social que pacíficamente lo respalda y defiende; en el papel de hijo, pero de hijo bastardo, el núcleo combativo a modo de COJO MANTECA, que sin duda nada tiene que ver con el padre y que acude a las manifestaciones para reventarlas y aprovechar para divertirse agrediendo a la policía y destrozando cuanto ven a su alcance; y como actor estelar, a modo de Espíritu Santo, encontramos a papá estado, al que le viene fenomenal la existencia de ese hijo bastardo ya que se escuda en él para argumentar lo diabólico que resulta la expresión pública de las reivindicaciones, así como para justificar la represión de la que son objeto.

El Cojo Manteca destrozando todo lo que encuentra a su paso


 En este sentido decir que la policía hace su trabajo, pero también hemos sido testigos visuales de que a menudo se excede y agrede y reprende no solo al núcleo combativo, al cual tiene perfectamente identificado, sino también a personas normales y corrientes, como tú y como yo, que han salido a la calle a hacer saber al gobierno de turno que no lo está haciendo bien y que estamos hartos. A estas personas normales y corrientes también las reconoce la policía, pero aún así les atizan sin piedad, rememorando otras épocas poco recomendables para la salud. Y nadie se acuerda ya de lo que pasó la semana pasada, o la anterior... aquí nunca pasa nada, nadie dimite y nunca nada esperamos que pase, estamos acostumbrados. Somos un pueblo acostumbrado, tal vez 40 años de espera nos han convertido en lo que somos, unos conformistas olvidadizos, así que nadie se queje, tenemos lo que nos merecemos y me temo que se aproximan tiempos de "cojo  manteca".

  Al margen de estas simples reflexiones, estoy convencido de que mucho más recomendable para la salud mental y corporal, y esto no me lo podéis negar, será cocinar y después dar buena cuenta de este dominguero plato que hoy os traigo: un simple arroz con carne y verduras al alcance de cualquiera, tanto por su mínimo grado de dificultad como por lo económico que resulta. A todos los que no se arriman a los fogones, ánimo y a sorprender a vuestra familia.

  Hace unos poquitos años, cuando los niños aún no alcanzaban al borde de la mesa, hicimos una excursión con nuestros entrañables amigos Juan y Cheo, y sus niños Irene y Angel (mi ahijado), a quienes dedico esta receta, a un paraje de Aguilas donde cocinamos en pleno barranco un arroz como el que os muestro, con la particularidad de que fue guisado sobre un lecho de leña seca de tomillo. Os podéis imaginar el resultado.

Irene, Ángel, Jesús y Marina... también mi ahijada.
Ingredientes que necesitamos (para 4 personas):
  • 1 pechuga de pollo troceada. Podemos cambiarla por magra de cerdo, costillejas de cerdo o incluso salchichas de pollo como se muestra en la sartén de la imagen inicial,  la cual quedó limpia el pasado domingo.
  • 2  vasos colmados de arroz.
  • 1/2 pimiento rojo.
  • 1 patata mediana cortada a rodajas.
  • 2 tomates pequeños maduros.
  • 3 dientes de ajo.
  • 1 cucharadita de pimentón.
  • 2 alcachofas o "alcaciles", según su origen.
  • 8 judías verdes o "bajocas".
  • 2 manojos de ajos tiernos.
  • 8 ó 10 coles de bruselas.
  • Unos champiñones pequeños enteros.
  • Un puñadito de guisantes.
  • Azafrán o colorante.
  • Aceite de oliva.
  • Sal.
  • Un puñadito de tomillo.
  • 6 vasos de caldo de verduras. 
  • El zumo de 1/2 limón.
  Empezamos dando una vuelta en la sartén o paella donde vayamos a cocinar, en aceite de oliva, al pollo o carne elegida hasta dorar. Retiramos y en ese mismo aceite hacemos lo propio con el resto de las verduras lavadas y troceadas, excepto el tomate y los ajos. Yo voy dorando las verduras por separado, ya que cada una requiere una temperatura y tiempo distinto, pero si no quieres enredar demasiado puedes mezclar todo.

  Una vez tenemos todo dorado y apartado, sofreímos los tomates pelados y muy troceados junto con los ajos laminados, a fuego no muy fuerte. Cuando esté listo añadimos el pimentón y damos una vuelta rápida, incorporando a continuación el resto de ingredientes, arroz y azafrán incluido.  Damos unas vueltas con una pala de madera y añadimos el caldo (o agua con 2 pastillas de caldo concentrado), poniendo el fuego a máxima potencia. 

  Cuando rompa a hervir añadimos el 1/2 limón escurrido y probamos y rectificamos de sal. Ponemos fuego medio/bajo y a esperar a que esté listo, osea, hasta que el caldo desaparezca.
 A este plato de arroz le viene bien un buen ali-oli, cuya elaboración podéis ver en la receta del Caldero,


Al hilo del comienzo de esta entrada y como no, también dedicada a mi amiga Cheo que me ha pedido expresamente que cuente como se hace este arroz, os dejo  esta gran canción de Pablo Milanés que, tal vez solo en la nube de la utopía, devuelva a las plazas y calles vuestros sueños y reivindicaciones.

PD.: Querida Cheo, es posible que en la actualidad, allá en el Puerto de Santa María, te encuentres excesivamente alejada de tu etapa universitaria y muy cerca de la alta dirección ejecutiva, por lo que igual habrías preferido que te dedicara "Amo a Laura". (Pincha en "amo a laura")
Ojalá que no.







jueves, 11 de octubre de 2012

CALLOS SIN CALLOS...


Puede que no sea tan eficaz tener un exceso de frentes abiertos. Qué digo eficaz, por no ser no es ni bueno, y como dice el anuncio para estar comiéndome las uñas mejor unas pipas...
 
No es una excusa, pero sí una realidad. Me voy embarcando por aquí y por allá y al final ni como ni dejo comer.  Pero aquí estamos de nuevo, consciente de que estadísticamente me queda mucho tiempo para volcar en este blog todo lo que me parece interesante intentar cocinar.
 
Un día os conté que una finalidad de este blog, tal vez la  principal, es que en el futuro mis hijos conserven intacta la posibilidad  de cocinar platos con  los que han crecido y que sus cocinas se impregnen de los aromas de las cocinas de sus abuelas, bisabuelas, tatarabuelas etc.
Uso el femenino para el pasado, aunque estoy seguro que si nuestra generación deja algo bueno a nuestros sucesores será nuestro empeño  en conseguir un mundo más justo, menos sexista y menos tolerante con el machismo que en siglos anteriores azotó a nuestras antepasadas. Por ellas, por nuestras abuelas y bisabuelas, con las que tenemos una gran deuda por todo el amor y cariño que nos dieron. Qué bonita forma de pagar esa deuda luchando unidos por la igualdad de género de la que tanto les habría gustado disfrutar.
 
Jesús con su bisabuela, mi abuela Manuela
Y de esas cocinas de mi infancia me viene el recuerdo de este aroma  a chorizo y hierbabuena que sin duda envolverá la cocina de quien prepare el plato que hoy os traigo, el cual he manipulado a mi antojo, como siempre.
 
En estos tiempos que corren, ¿qué  os parece si os digo que por menos de 5 euros podrían comer 4 personas?.

Ingredientes:

- 150 gramos de chorizo (Sarta dulce).
- 200 gramos de tocino magroso salado.
- 1 bote de garbanzos cocidos (400 grs. escurridos).
- 6 patatas medianas troceadas.
- 150 gramos de pasta (macarrones, fideos gordos, caracolas o al gusto).
- Aceite de oliva.
- 1 cebolla grande.
- 1 tomate mediano maduro.
- 3 dientes de ajos.
- 2 guindillas (cayena).
- 1 cucharada de pimentón dulce.
- Sal.
- Hierbabuena.
- 1/2 vaso de vino blanco o 1/4 de coñac.

Picamos la cebolla y el ajo y pochamos a fuego lento en aceite de oliva durante unos 10 minutos, añadiendo el tomate rallado con una pizca de sal y lo dejamos a fuego lento 3 ó 4 minutos más.
Sin apagar el fuego añadimos al sofrito el chorizo y el tocino troceados dándole unas vueltas, incorporando  a continuación el pimentón, las guindillas y el vino, removiendo durante un par de minutos.
Añadimos 1 litro de caldo de verduras (o agua con una pastilla de avecrem) y dejamos hervir un par de minutos más, y ponemos el resto de ingredientes excepto la pasta.
15 minutos después probamos y corregimos de sal, añadimos un buen puñado de hierbabuena y la pasta elegida, dejando cocer a fuego muy lento hasta que le pasta esté en el punto que os guste y la patata tierna.
También se puede hacer sin pasta. En ese caso la cantidad de caldo debe ser menor (3/4 de litro).
Una vez servido en el plato espolvoreamos con una pizca de hierbabuena.

Fuera de presupuesto no vendría mal acompañar este exquisito guiso con un buen vino tinto, por ejemplo un crianza Azpilicueta de la Rioja, elaborado con Tempranillo, Graciano y Mazuelo. Todo un espectáculo de vino que probé en su propia bodega de Logroño acompañado por mi primo Fran (este sí que es un figura).


Como este plato tiene un origen muy cartagenero, ya que es una mezcla de dos o tres recuerdos de mi familia de este otro lado, os dejo con este paseo por esta gran ciudad que seguro os cautivará.