BIENVENIDOS A ESTA NUEVA AVENTURA.

Mi afición a trastear entre las cacerolas me ha empujado a compartir con vosotros algunas de las recetas que normalmente cocino. Seguro que voy a huir de la forma clásica de contar cómo se elabora un plato, y lo adornaré con alguna historia que otra para que su elaboración sea amena. Serán platos sencillos al alcance de todos, por lo que no habrá excusa. Buen provecho.

jueves, 3 de febrero de 2011

PULPO Á FEIRA CON CACHELOS.


Es posible que mis raices gallegas sean las culpables de que el pulpo sea para mí uno de los bichos más preciados. Esta forma de cocinarlo es conocida en el resto de España como "pulpo a la gallega", pero en Galicia se le llama "á feira" porque es la forma en la que tradicionalmente se prepara en los mercadillos, llamados a lo largo de la geografía gallega "feiras". El día de Feira, distinto día de la semana en cada pueblo al igual que aquí, se instala una gran carpa donde las pulpeiras cocinan en grandes ollas de cobre este singular molusco cefalópodo, y los paisanos, sentados a mesa corrida, damos cuenta de él regado siempre con vino tinto y acompañado por una buena rebanada de pan de bola.

Comiendo el pulpo en buena compañía (Feira Da Estrada)
Para preparar este sencillo plato lo principal es el bicho. Es obvio que si no hay pulpo no hay plato, así que hay que acercarse al mercado y seguro que encontramos un buen ejemplar como mínimo de 2 ó 3 kilitos. Este pulpo debe ser congelado al menos un par de días para garantizar que sale tierno.

No debe ser nada corriente tener en casa una olla de cobre como las de la imagen, así que podemos cocinarlo en una olla de aluminio bien grande, en la que pondremos en primer lugar abundante agua (por encima de la mitad de la olla), y daremos un bañito caliente a una cebolla entera pelada.
Cuando rompa a hervir ponemos abundante sal y un par de hojas de laurel en el agua y pinchamos el pulpo  ya limpio por donde sus ocho patas pierden su digno nombre sumergiéndolo unos diez segundos, de manera que las patas queden rodeando la cabeza. A continuación lo sacamos y esperamos a que el agua vuelva a tener buena ebullición, repitiendo este ritual tres veces. Digo ritual porque no sé muy bien el motivo por el cual se hace, ya que tratándose de una tradición gallega es posible que las meigas y los espíritus tengan algo que ver, aunque probablemente solo se trate de hacerlo para que las patas pierdan su tensión y queden más tiernas.

Así es como debe cocerse, con la cabeza entre las patas.
Dejamos cocer el pulpo entre 35 y 40 minutos, añadiendo cuatro o cinco patatas enteras (sin pelar, bien lavadas), apartando la olla del fuego cuando al pinchar tanto el pulpo como las patatas veamos que ya están tiernos.

Para preparar el plato, a ser posible en el tradicional de madera, se pone en la base la patata pelada después de la cocción y cortada a rodajas de aproximadamente 1 cm. de grosor. Luego vamos cortando sobre la patata las patas del pulpo, con el grosor que más os guste. A mí me gusta ver buenos trozos de pulpo pero reconozco que si está cortado a rodajas finas también está bueno. Una vez preparado el plato ponemos un buen chorreón de aceite de oliva virgen, espolvoreamos una mezcla hecha con una cucharadita de pimentón picante y otra de dulce, y añadimos sal gorda al gusto. 

Este plato debe comerse caliente, y regado siempre con vino tinto, a ser posible un tinto do Rosal o un buen Mencía,


Los ingredientes que hemos utilizado son:
  • Un pulpo de 2 ó 3 Kilos.
  • Sal fina y sal gorda.
  • Una cebolla.
  • Dos hojas de Laurel.
  • Aceite de oliva virgen extra.
  • Pimentón picante y dulce.
  • 4 ó 5 patatas gallegas.
Este es un plato muy sencillo de preparar y seguro que vais a disfrutarlo, aunque si no os apetece pasar una hora y media en la cocina podéis ir a comerlo en PULPERÍA-TAPERÍA "A MUÑEIRA", que está en el Barrio Peral de Cartagena (junto al antiguo paso a nivel del tren). Os aseguro que mis amigos Leo y Clara hacen el mejor pulpo a este lado del puerto de la Cadena. Buen provecho.
Esta es la música adecuada para este manjar.


4 comentarios:

  1. Buenas raíces las tuyas, irmão.

    ResponderEliminar
  2. En una ocasión, en Santiago, pasé por un laboratorio da Universidade a hacer unas pruebas voluntarias por las cuales me dieron un trozo de empanada y una cocacola. Era para determinar, a raiz de una analítica de sangre y medición de huesos, cual era mi origen. Y sorpréndete, 100% origen CELTA, a pesar de mi mestizaje. De los 5 que fuimos juntos, los otros 4 gallegos de pura cepa, yo fui el único que hice el pleno.

    ResponderEliminar
  3. y...a la prueba voluntaria de la universidad??te invitó la "RECTORA DE LA UNIVERSIDAD DE SANTIAJO"??? ( al a cual todos conocemos)o cómo fue el proceso de selección???un beso

    ResponderEliminar
  4. No sé, tal vez fue ella quien me hizo las pruebas, no lo recuerdo... tengo muy mala memoria.

    ResponderEliminar